Jornada festiva y última en Santiago
Como es habitual el P. Justo
nos recibe a primera hora de la mañana, con un desayuno copioso y variado. No
falta el tinto (café), el chocolate, los plátanos en formas diversas, las
mermeladas que él mismo prepara, las arepas, el bizcocho, el zumo…, todo
natural.
A las nueve empezamos la gran
actividad del día, hoy están convocados en la parroquia todos los niños
apadrinados de los pueblos del valle y las veredas con sus representantes
(padres). La iglesia está llena.
El padre Emili y los seis
cooperantes, después de un saludo general del padre, en el que una vez más
insiste en la necesidad de respuestas positivas por parte de las familias
favorecidas por Manyanet Solidario, cantamos y escenificamos la canción con la
que más nos identificamos “Seré tu hogar…”
Detrás del altar ya están
preparados sacos y bolsas llenas de sobres, con las cartas y regalos que
algunos padrinos nos han encomendado entregar. Todos tienen un sobre sorpresa.
Para repartir personalmente a cada niño su sobre, nos separamos por grupos de niños y cooperantes según afinidad con los padrinos, para que el reparto no se haga tedioso.
A cada niño, al recibir su
sobre sorpresa, le hacemos una foto con el cooperante que la entrega. Como es
lógico yo reparto las cartas que, los niños de Manyanet Begues, han escrito a
sus apadrinados.
Una vez conseguido y después
del saludo final, viene la gran foto de la familia manyanetiana, primero con
los niños y luego con niños y
representantes. ¡Espectacular, con la parroquia de fondo! Se respira una gran
alegría y una gran emoción general.
Tanto al principio como al
final del acto, nos llenan de discursos emocionados y regalos artesanales.
¡Emocionante!. Ellos siempre saben dar más de lo que tienen. ¡Impagable!
Todos los que han venido de
lejos (la mayoría caminando), comen en la casa del P. Justo, invitados, él
mismo desde primera hora de la mañana pone las grandes ollas al fuego, para que
la carne esté tierna. Luego todos colaboran.
Todos comimos un bol con
caldo con arroz, papas y carne. Impresiona ver el orden, la paciencia, el
silencio y la colaboración de más de cuatro centenares de personas entre niños
y adultos.
Casi comimos dos veces,
porque nos estaban esperando, al grupo de cooperantes, P. Justo y P. Emili, las
familias del barrio San José Manyanet para comer con ellos. ¡Más
agradecimientos!
Por la tarde se juegan las finales del torneo de futbol de los niños, el partido entre equipos de padres y luego el de cooperantes (yo no jugué pero estuve al pié del cañón) contra los padres ganadores. Los cooperantes perdemos 5-2 aunque las gradas estaban claramente a nuestro favor.
Hay que destacar la colaboración de los árbitros y anotadores al igual que monitores de talleres, día a día y con mucha paciencia han hecho un trabajo muy profesional. ¡Felicidades!
Después de una ducha
refrescante nos espera la agrupación de damas colaboradoras de la parroquia
para ofrecernos una cena muy especial, nos representan escenas de sus
tradiciones y canciones de despedida y agradecimiento. ¡Sorpresa! Nuestro amigo
Abelardo no se queda corto con su repertorio variado, nos encandila y todos nos
animamos a bailar.
Ahora toca hacer maletas,
mañana madrugamos para emprender el viaje de vuelta. La despedida es dura y
larga, las emociones están a flor de piel y no se pueden esconder algunas
lagrimillas que nos contagiamos unos a otros.
Gracias a nuestros seguidores
por su fidelidad y un saludo muy cordial.
Atentamente:
Valentina Mejías Reigada
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