9 agosto

Jornada festiva y última en Santiago

Como es habitual el P. Justo nos recibe a primera hora de la mañana, con un desayuno copioso y variado. No falta el tinto (café), el chocolate, los plátanos en formas diversas, las mermeladas que él mismo prepara, las arepas, el bizcocho, el zumo…, todo natural.

A las nueve empezamos la gran actividad del día, hoy están convocados en la parroquia todos los niños apadrinados de los pueblos del valle y las veredas con sus representantes (padres). La iglesia está llena.
El padre Emili y los seis cooperantes, después de un saludo general del padre, en el que una vez más insiste en la necesidad de respuestas positivas por parte de las familias favorecidas por Manyanet Solidario, cantamos y escenificamos la canción con la que más nos identificamos “Seré tu hogar…”
Detrás del altar ya están preparados sacos y bolsas llenas de sobres, con las cartas y regalos que algunos padrinos nos han encomendado entregar. Todos tienen un sobre sorpresa.



Para repartir personalmente a cada niño su sobre, nos separamos por grupos de niños y cooperantes según afinidad con los padrinos, para que el reparto no se haga tedioso.






A cada niño, al recibir su sobre sorpresa, le hacemos una foto con el cooperante que la entrega. Como es lógico yo reparto las cartas que, los niños de Manyanet Begues, han escrito a sus apadrinados.
Una vez conseguido y después del saludo final, viene la gran foto de la familia manyanetiana, primero con los niños y luego  con niños y representantes. ¡Espectacular, con la parroquia de fondo! Se respira una gran alegría y una gran emoción general.




Tanto al principio como al final del acto, nos llenan de discursos emocionados y regalos artesanales. ¡Emocionante!. Ellos siempre saben dar más de lo que tienen. ¡Impagable!
Todos los que han venido de lejos (la mayoría caminando), comen en la casa del P. Justo, invitados, él mismo desde primera hora de la mañana pone las grandes ollas al fuego, para que la carne esté tierna. Luego todos colaboran.







Todos comimos un bol con caldo con arroz, papas y carne. Impresiona ver el orden, la paciencia, el silencio y la colaboración de más de cuatro centenares de personas entre niños y adultos.
Casi comimos dos veces, porque nos estaban esperando, al grupo de cooperantes, P. Justo y P. Emili, las familias del barrio San José Manyanet para comer con ellos. ¡Más agradecimientos!


Por la tarde se juegan las finales del torneo de futbol de los niños, el partido entre equipos de padres y luego el de cooperantes (yo no jugué pero estuve al pié del cañón) contra los padres ganadores. Los cooperantes perdemos 5-2 aunque las gradas estaban claramente a nuestro favor. 







La radio retransmitió todos los partidos y no faltó la expectación, luego el reparto de premios a ganadores y participantes tanto en futbol como en talleres. 



Hay que destacar la colaboración de los árbitros y anotadores al igual que monitores de talleres, día a día y con mucha paciencia han hecho un trabajo muy profesional. ¡Felicidades!






  Después de una ducha refrescante nos espera la agrupación de damas colaboradoras de la parroquia para ofrecernos una cena muy especial, nos representan escenas de sus tradiciones y canciones de despedida y agradecimiento. ¡Sorpresa! Nuestro amigo Abelardo no se queda corto con su repertorio variado, nos encandila y todos nos animamos a bailar.

Ahora toca hacer maletas, mañana madrugamos para emprender el viaje de vuelta. La despedida es dura y larga, las emociones están a flor de piel y no se pueden esconder algunas lagrimillas que nos contagiamos unos a otros.

Gracias a nuestros seguidores por su fidelidad y un saludo muy cordial.

Atentamente:
Valentina Mejías Reigada
  





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