1 agosto

De camino a "Las Lajas" 

El agua fría me despierta de golpe recordándome donde estoy y el porqué de ello. Pero hoy empieza el fin de semana y con ello las visitas y excursiones que están previstas; entre ellas el monasterio de las Lajas. Después de una mañana tranquila y de la pequeña reunión para organizarnos; visitamos un pequeño mercadillo de artesanías realizadas por las mujeres del mismo Santiago de Putumayo.





La hora de comer nos ha fascinado;  el Padre Justo tenía preparada una grata sorpresa; nos había preparado una paella para comer; típica española. Sin duda más de uno repitió y no me estraña.




Después nos encaminamos a nuestro destino. El frío típico de esta zona ya se siente, muy parecido al de noviembre en algunas zonas de España. De copiloto, el Padre Justo nos mantiene despiertas hacía un viaje de más de tres horas pero nos vence el sueño cuando llevamos mucho tiempo de viaje. El silencio del coche es cada vez mayor y nos atrapa un sueño profundo.






Despertamos a la voz del Padre Justo, reclamando nuestra atención para observar los impactantes y espectaculares paisajes que nos acompañan en nuestro camino, entre ellos degustamos el paisaje de "La Cocha" que raramente se ve con sol.



Sin saber ya como posicionarme en el asiento trasero de la furgoneta decido mantenerme despierta y contemplar el  paisaje; merecedor de nuestra atención. Me sorprende que en cada parada que estamos realizando, tomamos y comemos algo, sea la hora que sea y tengas apetito o no. Como repito mucho durante estos días, "me van a tener que facturar a mi también por sobrepasar el peso permitido!!

Retomamos el camino con el estomago más lleno de la cuenta y por ello ya el sueño ha desaparecido y me dedico a prestar atención a todo lo que ocurre a mi alrededor. Un país en el cual la manera de conducir es sorprendente y  peculiar y a la vez.

Al fin llegamos a Nariño, donde se encuentra el monasterio de Las Lajas. En una de las primeras paradas, en el mirador, podemos contemplar el espectáculo natural que posee este lugar. La arquitectura se funde con la naturaleza.

Las impresionantes vista que contemplo hace que me dé cuenta de todo aquello que he vivido; por ello me dedico unos minutos a observar y contemplar las vistas. Bajamos a donde dormiremos estos dos días en una casa de retiro y cenamos todos juntos. 




Debido a que era una casa de retiro, el horario era más limitado y decidimos dar una vuelta por las pequeñas tiendas que hay en la zona, no más de una calle. 




A petición de P. Emilio, nos tomamos un chocolate típico de aquí, sinceramente ya no puedo comer nada más!! Intentamos bajar el chocolate dando una vuelta por la zona. La noche nos atrapa contemplando todos juntos y en silencio las siluetas del monasterio de las Lajas y el sonido de las cascadas que le acompañan.





Atentamente

Maria del Mar Navarro

No hay comentarios:

Publicar un comentario